martes, 19 de agosto de 2014

temperatura - presiones, carga mental

Temperatura en el lugar de trabajo
    A la hora de tratar el tema de la temperatura en los lugares de trabajo se podrá abordar el tema desde dos perspectivas distintas:
  1. Confort Térmico: Relacionado con el bienestar en el lugar de trabajo.
  2. Agresión/ Estrés Térmica/o: Exposición de los trabajadores a niveles extremos de temperatura (frío o calor intenso).
El RD 486/1997, de 14 de abril, establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo y que trata sobre las condiciones generales en los centros de trabajo:
  1. Condiciones Constructivas (edificio/ espacio).
    1. Riesgo de incendios.
    2. Riesgo eléctrico.
    3. Señalización.
  2. Condiciones de orden, limpieza y mantenimiento.
  3. Temperatura y aireación.
  4. Trabajos sedentarios: 17- 27 º C.
  5. Trabajos ligeros: 14- 25 º C.
  6. Iluminación.
  7. Servicios higiénicos y locales de descanso.
  8. Material y locales de primeros auxilios.
Cuando tratamos la temperatura como contaminante físico estaremos hablando del estrés térmico.
El cuerpo humano es HOMOTERMO, es decir, necesita mantener una temperatura constante (36º C) e independiente de la temperatura exterior. Pequeñas variaciones sobre esta temperatura producen efectos negativos. El cuerpo humano posee mecanismos para mantener constante la temperatura y tolera muy mal los cambios de temperatura.
Exposición intensa al frío.
    Normalmente, es menos frecuente que la exposición intensa al calor. Se suele dar en sectores de la industria de la alimentación, fabricación de frigoríficos, hielos, etc. El cuerpo humano se protege del frío peor que del calor y los mecanismos naturales de defensa que emplea para ello serían:
  1. Temblores/ escalofríos.
  2. Vasoconstricción de los vasos sanguíneos de la piel.
Efectos sobre la salud:
    Estos mecanismos funcionan relativamente poco. En caso de exposición laboral al frío se pueden diferenciar dos tipos de efectos:
  1. Efectos Agudos o Inmediatos: Normalmente se dan en situaciones accidentales. Pueden ser:
  2. Locales: Congelación de algún miembro (dedos de manos y pies). El tipo de lesiones que producen es similar a las quemaduras.
  3. Generales: Disminución del estado de conciencia y estado de somnolencia.
  4. Efectos Crónicos: La exposición prolongada a temperaturas bajas puede producir problemas pulmonares (bronquitis crónica, pulmonías, etc.), de oído (otitis) o de ojos (conjuntivitis).
Estrategias de prevención:
  1. Ropa de trabajo adecuada.
  2. Cuidar el aporte calórico, que la persona esté bien alimentada y haga pausas durante la jornada para ingerir alimentos (calorías).
  3. Sistemas de seguridad específicos (Ejemplo: que las cámaras frigoríficas puedan abrirse desde dentro.
Normativa:
   En cuanto a normativa, no existe ningún precepto específico legislado. Lo único que podemos encontrar al respecto es el art. 132 de la OGSHT (Ordenanza General de Seguridad e Higiene en el Trabajo, que habla sobre el trabajo en instalaciones con frío industrial.
    Además existen algunos Reglamentos específicos en sectores como:
  1. Trabajo en buques congeladores.
  2. Trabajo en cámaras frigoríficas.
Estos Reglamentos atienden a recomendaciones generales.

    1. Exposición Intensa al Calor.
Existe gran cantidad de actividades con este tipo de exposición: Trabajos con hornos, fundiciones, vidrio, textil, cocinas, lavanderías, etc.
    Por otro lado, tenemos dos posibles métodos para evaluar o valorar la peligrosidad en relación con la exposición al calor:
  1. WBGT: Es el método que se utiliza para establecer los TLVs para este contaminante físico. Se está hablando de un contaminante para el que se establece los límites, teniendo en cuenta distintas variables.
  2. Belding y Hatch: Este método es menos utilizado y se usa también para calcular los límites de exposición al calor, pero realizando otro tipo de cálculos.
Efectos sobre la salud de la exposición intensa al calor
  1. Efectos Locales: Quemaduras.
  2. Efectos Generales:
  3. Deshidratación.
  4. Desmayo, pérdida de consciencia.
  5. Golpe de calor.
Estos efectos se podrán producir de manera aguda cuando se producen de forma accidental.
Estrategias de Prevención
  1. Utilización de pantallas aislantes.
  2. Sistemas de refrigeración.
  3. Sistemas de ventilación.
  4. Tipo de ropa de trabajo.
  5. Disminución del tiempo de exposición.
  6. Si las circunstancias obligan a la exposición prolongada es aconsejable beber agua con sal.
Normativa
    La OGSHT, en su art. 128 habla sobre el trabajo con hornos y calentadores. Por su parte, el art. 129 de la misma ordenanza habla sobre los trabajos con calderas.

¿Cómo afrontas el trabajo bajo

 presión?

Hay personas que se sienten cómodas trabajando bajo cierta presión. Han aprendido a manejar su estrés y saben cómo organizarse para cumplir a tiempo lo que tienen que hacer.
En definitiva, a trabajar bajo presión se aprende. Y es algo muy útil, porque, por muy apacible que sea nuestra vida, alguna urgencia tendremos que afrontar.
trabajandoExámenes que preparar con poco tiempo. Trabajos que terminar teniendo la fecha encima. Clientes que meten prisa. Imprevistos que retrasan todo lo anterior…
Trabajar bajo presión suponeceñirse al tiempo disponible, que viene muy justito o es escaso, y arreglárselas para terminar la tarea (una… o una docena) con los recursos que se tengan a mano.
¡Vamos, que hay prisa!
No sé tú (en esto, como en los colores, hay gustos para todo), pero yo no aguanto ese ritmo todos los días. Acabaría quemada del estrés. Aunque, de tanto en tanto, un poquito de presión le da emoción al asunto.
Sirve para comprobar qué tan eficientes y eficaces somos resolviendo una situación. Y, si conseguimos salir airosos, el triunfo sienta bien, ¿o no?
Pues, pensando en esas situaciones en las que no queda más remedio que forzar la máquina, vamos a apuntar ideas para resolver el apuro y poder celebrarlo.
Comenzamos con la más importante; con la madre de todas:

1. Mantener el control

Quienes saben trabajar bajo presión esto es lo primero que han aprendido a hacer: Templar sus emociones.
Si te dejas llevar por el pánico, no puedes pensar con claridad. Está claro.
Pero, si respiras profundamente y transformas ese difuso manojo de nervios en energía útil para resolver la situación, ya has hecho lo más importante.
Hay personas a quienes esto se les da mejor. Pero no es nada que no se pueda aprender con la práctica. Y cualquiera puede haberlo logrado…
  • Bien, por haber ido afrontando experiencias de este tipo (reales o simuladas), que sirven de entrenamiento.
  • Bien, porque han aprendido a relajarse y, por ello, pueden evocar esa calma que necesitan en el momento crítico.
  • Bien, porque hacen uso de algo que les funciona para tranquilizarse, como llamar a su mamá… :D Aquí tienes más ejemplos: 14 Ideas para eliminar tensiones rápidamente.
  • O bien, por todo lo anterior.
El caso es que la mayoría de nosotros podemos hacerlo.

2. Evaluar la situación

Ya que los nervios están bajo control, lo que sigue no es tirarse de cabeza al asunto. Antes de actuar, hay que evaluar.
Es importante identificar qué es lo que hay que hacer exactamente para evitar errores y no empeorar la situación dando palos de ciego.
Una vez que se tiene claro cuál es la prioridad y las circunstancias que la rodean, se hace una lista (lo más sencilla posible) de lo que hay que hacer por orden.
Y, ahora sí, viene la acción.
Esto sirve cuando la presión llega así, sin avisar, y no queda más remedio que solventar la papeleta. Porque lo ideal es tener un planpara estos casos.

3. Tener un plan

Cuando tienes un esquema hecho de antemano, todo esto es más fácil. Ya sabes qué hacer, paso a paso, y sólo tienes que ejecutarlo.
¿De dónde sacas el plan? Lo puedes tener preparado o bien puedes sacarlo de esas experiencias anteriores en las que te ha tocado improvisar.
Por eso es buena idea anotar qué haces para resolver una situación. Más tarde, con los ajustes apropiados, tus apuntes pueden servirte de guía
Factores de carga de trabajo mental
La carga de trabajo mental es un concepto que se utiliza para referirse al conjunto de tensiones inducidas en una persona por las 
exigencias del trabajo mental que realiza (procesamiento de información del entorno a partir de los conocimientos previos, actividad de 
rememoración, de razonamiento y búsqueda de soluciones, etc.). Para una persona dada, la relación entre las exigencias de su trabajo 
y los recursos mentales de que dispone para hacer frente a tales exigencias, expresa la carga de trabajo mental.
La carga de trabajo mental remite a tareas que implican fundamentalmente procesos cognitivos, procesamiento de información y 
aspectos afectivos; por ejemplo, las tareas que requieren cierta intensidad y duración de esfuerzo mental de la persona en términos de 
concentración, atención, memoria, coordinación de ideas, toma de decisiones, etc. y autocontrol emocional, necesarios para el buen 
desempeño del trabajo.
Las capacidades de la persona, referentes a las funciones cognitivas que posibilitan las operaciones mentales, constituyen sus recursos 
personales para responder a las demandas del trabajo mental. Las capacidades de memoria, de razonamiento, de percepción, de 
atención, de aprendizaje, etc. son recursos que varían de una persona a otra y que también pueden variar para una persona en distintos 
momentos de su vida: pueden fortalecerse, por ejemplo, cuando se adquieren nuevos conocimientos útiles, cuando se conocen 
estrategias de respuesta más económicas (en cuanto a esfuerzo necesario), etc. pero, en circunstancias físicas o psíquicas adversas, 
pueden deteriorarse o debilitarse.
En general, en las situaciones de trabajo, son muy diversos los factores que contribuyen a la carga de trabajo mental y que ejercen 
presiones sobre la persona que lo desempeña. Estos factores deben identificarse para cada puesto o situación de trabajo concreta y se 
pueden agrupar según procedan:
● De las exigencias de la tarea.
● De las circunstancias de trabajo (físicas, sociales y de organización).
● Del exterior de la organización.

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